Comenzamos nuestra ruta en el pueblo de Femés, situado en la cabecera del valle del mimo nombre. Esta ubicación obedece a un doble motivo: desde la atalaya de Femés que se abre al llano y la costa se vigilaba la llegada de piratas moriscos, mientras que aguas debajo de las casas se desarrollan los cultivos en los enarenados, huertas en las que la tierra se cubre de picón, lapilli volcánico, para retener le humedad y favorecer el desarrollo de las plantas.
En la degollada sobre Femes, Las explotaciones de cabras nos indican que nos aventuramos en un territorio ganadero. A nuestros pies, vemos el barranco de la Higuera, cuya forma en U con un cauce plano y laderas suaves nos indican la fuerte erosión que ha sufrido, especialmente en épocas pasadas cuando la isla estuvo sometida a un régimen más lluvioso que facilitó la aparición de esta forma erosiva.
Pasamos entre las dos principales alturas de Los Ajaches, Pico Redondo y Pico de la Aceituna. Este macizo tiene una antigüedad cifrada en unos quince millones de años, y a partir de aquí vamos a atravesar un espacio donde no ha existido vulcanismo reciente, por lo que el principal agente modelador del paisaje es la erosión, lo que explica que vamos a disfrutar de un paisaje más suave y alomado que el que podemos encontrar en el resto de la isla.
Este es el punto donde abandonamos las vistas sobre el gran llano de Rubicón, con el volcán de montaña Colorada en el extremo suroeste de la isla. Comenzamos el recorrido por los barrancos antiguos. El primero es el de la casita, en el cual podemos ver los restos de gavias en el cauce, que aprovechaban la escorrentía para practicar la agricultura. La gavia es un sistema que consiste en delimitar con muros de tierra huertas con una leve inclinación, que se encharcan con agua del cauce tras las lluvias, para posteriormente realizar un cultivo de regadío.
Este barranco es uno de los mayores del macizo, con una rambla amplia y bien desarrollada. El aspecto más interesante es la presencia en el suelo arenoso de la rambla de una curiosa especie vegetal, semejante a melones enanos, que es un endemismo canario.
Este barranco de llama de las pilas por el aprovechamiento minero que se realizaba de un yacimiento paleontológico, una playa y dunas fosilizadas que quedan a la vera de nuestra ruta. Lo distinguimos por el color amarillo claro y la presencia de un gran número de bloques tallados alrededor de la pista.
Este tipo de playas levantadas pueden tener dos orígenes, o bien modificaciones en el nivel del mar o movimientos tectónicos que las han elevado. Este yacimiento está a unos 50 metros de altura sobre el actual nivel del mar.
Estamos en una zona con restos arqueológicos superficiales que han sido adscritos a los pobladores aborígenes de Lanzarote, los majos. En los apilamientos de piedras que nos indican la zona de mayor presencia han aparecido restos de industrias líticas, cerámicas y óseas, incluyendo restos de fauna marina, posiblemente proveniente de labores de marisqueo en la costa.
El conjunto de calas con playas de arenas blancas de origen orgánico es uno de los espacios litorales más bellos de la isla; aprovechar para darse un baño tras la caminata y antes de la etapa final es una buena alternativa. Además hay bares para reponer fuerzas y líquido.
El carácter virgen de estas pequeñas playas gracias a estar incluidas en un espacio protegido las convierten en espacios litorales de gran encanto, donde se mantiene parte de la vegetación típica del cinturón costero y puede disfrutarse de un paisaje natural.
Este barranquillo alberga una zona arqueológica de singular valor; son los restos que se conservan de la primera ciudad europea en Canarias. Destacan los pozos de los que se sirvieron en el siglo XIV los normandos que comenzaron el proceso de conquista de Canarias, que culminaría casi un siglo más tarde. Por lo tanto en esta zona estuvo el primer asentamiento europeo, San Marcial del Rubicón.
En la siguiente cala, otro elemento de interés patrimonial es un horno de cal que aprovechaba las superficies encalichadas de los llanos costeros situados tras la playa.
Este pequeño baluarte militar conocido tanto por los nombres de castillo de Las Coloradas o del Águila data del siglo XVIII. Fue construido en 1741 para defender el sur de la isla de los ataques de piratas moriscos que asolaban Lanzarote periódicamente arribando desde la cercana costa africana. En 1769 debió ser reedificado porque en una incursión pirática sufrió fuertes daños, manteniendo desde entonces su estampa troncocónica con acceso por un puente levadizo.
El sendero finaliza en el núcleo litoral de Playa Blanca, que ha pasado en los últimos años del siglo XX de pequeño y pintoresco pueblo de pescadores a una de las principales zonas turísticas de Lanzarote. Con todo, las calles centrales del pueblo y su playa aún parecen querer salvaguardar el encanto pretérito de la isla anterior al desarrollo turístico.
- Soha ne hagyjon semmilyen szemetet a környezetben, beleértve a cigarettacsikkeket is. Az élelmiszerhulladék hozzájárul a rágcsálók és a kóbor macskák elszaporodásához, amelyek komoly veszélyt jelentenek a vadon élő állatokra.
- Tartsa tiszteletben az állatokat, ne zavarja, illetve ne etesse azokat. Ha sérült példányt lát, bejelentheti a 112-es segélyhívó telefonszámon. Ne tépjen le virágokat vagy növényeket.
- Ne szedjen fel vagy vigyen el köveket vagy bármilyen más elemet a természetből. Ne is módosítsa azok elhelyezkedését az által, hogy sajnálatos módon hírhedtté vált „kavicstornyokat” épít belőlük.
- Ne járjon tiltott területeken, és tartsa tiszteletben az ösvényeken elhelyezett táblákat. Ha letér a kijelölt kirándulóútról, az károsítja a környezetet, és veszélyes lehet Önre és társaira nézve is.
- Biztonságosabb, ha háziállatát pórázon tartja.
- Ügyeljen arra, hogy a környezet nyugalmát ne zavarja meg túlzott zajjal (hangos zene, kiabálás stb.).